Fukushima, la barbarie
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En Fukushima, Japón, reclutan indigentes para la limpieza de residuos radioactivos en un área mayor que Hong Kong. Los reclutamientos, por ejemplo, se hacen sobre personas que duermen en las estaciones de tren, con el propósito de que limpien el suelo y escombros radioactivos por un salario de 100 dólares. Este perverso sistema de reclutamiento está inmerso en el mismo régimen de contrato que los trabajadores de la industria nuclear de Japón: son absorbidos por empresas subcontratistas que, a su vez, responden a otras contratistas de mayor dimensión (que, a su vez, cobran del Estado) construyendo una cadena infinita de tercerizaciones que van determinando la desaparición de los responsables.
En Fukushima, Japón, reclutan indigentes para la limpieza de residuos radioactivos en un área mayor que Hong Kong. Los reclutamientos, por ejemplo, se hacen sobre personas que duermen en las estaciones de tren, con el propósito de que limpien el suelo y escombros radioactivos por un salario de 100 dólares. Este perverso sistema de reclutamiento está inmerso en el mismo régimen de contrato que los trabajadores de la industria nuclear de Japón: son absorbidos por empresas subcontratistas que, a su vez, responden a otras contratistas de mayor dimensión (que, a su vez, cobran del Estado) construyendo una cadena infinita de tercerizaciones que van determinando la desaparición de los responsables.