
Al parecer, se trata de un complicado proceso de selección de personal, inaccesible a todo aquel que no sea un auténtico ninja en código y cifrado de información ultrasecreta. La identidad de quienes ponen las pistas permanece en el misterio.
En una larga investigación para el Telegraph, el periodista Chris Bell se sumergió en el fascinante rompecabezas que ha tenido en vilo a los mejores criptógrafos del mundo durante dos años: Cicada 3301.