
Vacaciones paradisíacas, parejas enamoradas como el primer día, cenas fabulosas, trabajos de ensueño... En Facebook la vida de la gente parece maravillosa. Tanto que puede darnos un ataque de depresión instantáneo al compararla con nuestra triste existencia. La realidad, sin embargo, suele ser mucho más terrenal de lo que la pintamos en Facebook. Este corto lo demuestra de forma sublime.