La temible Cruz Antimasturbación
Ya era hora de que alguien tomara medidas contra esos obsesos sexuales de cinco años que usan sus genitales como si fueran yesca y pedernal; uno acaba harto de llegar a casa y oler a humo.
Con la práctica y honorable Cruz Antimasturbación el vástago estará a salvo de sí mismo y de sus impulsos pecadores. El mal habita en nuestro interior y siempre intenta surgir mediante los métodos más insospechados, aunque casi siempre tienen algo que ver con la fricción.

Ya era hora de que alguien tomara medidas contra esos obsesos sexuales de cinco años que usan sus genitales como si fueran yesca y pedernal; uno acaba harto de llegar a casa y oler a humo.
Con la práctica y honorable Cruz Antimasturbación el vástago estará a salvo de sí mismo y de sus impulsos pecadores. El mal habita en nuestro interior y siempre intenta surgir mediante los métodos más insospechados, aunque casi siempre tienen algo que ver con la fricción.