

La imagen que Brian Warner (Marilyn Manson) tiene del cristianismo nace en su infancia de cuando iba a la catequesis. Sus maestros (como el mismo los llama) no les explicaban todo lo concerniente a la religión como si fuera una opinión abierta a opiniones, sino que era un hecho irrefutable decretado en la Biblia. Sus maestros les insistían (a él y al resto de alumnos) en que el Anticristo estaba en la Tierra y que tenían que prepararse para la llegada de Cristo y el éxtasis, les decían que el Apocalipsis era inminente, pero que ellos se salvarían porque estarían muertos, pero en el cielo y liberados del sufrimiento. Fue a partir de aquel día que comenzó a tener pesadillas.