

1. LA CALLE. Como tantos otros futbolistas, Francescoli creció jugando en la calle. Para él es la cancha perfecta. “Para mí, jugar bien es lo mismo que tenía que hacer cuando empecé a jugar en la calle. Luego incorporas cosas. Puedes aprender a colocarte, a perfilarte para golpear la pelota… Pero el pase, la gambeta, o el control, no son cosas que yo aprendí en un club”.