Frente a frente se miraban, sin poder moverse ni hablar. Sus rostros habían quedado sellados en el suelo, sus cuerpos naufragando en el mar. La tierra abrazaba sus cabellos y estos se mezclaban con el agobiante cemento. Sin embargo sus rasgos estaban intactos, se podría decir que ese mismo día habían sido sepultados, que habían dado su último respiro.
Eran una pareja hipócrita, no eran iguales pero se complementaban aunque negaban su amor los delataba su mirada. Se conocieron en el mismo lugar en que están ahora, su plaza favorita, ubicada en el centro de Chascomús. Fotografiando el monumento a San Martín, cómplices se vieron y se dispusieron a hablar, conversaron hasta el anochecer, y poco a poco comenzaron a amarse.
Eran una pareja hipócrita, no eran iguales pero se complementaban aunque negaban su amor los delataba su mirada. Se conocieron en el mismo lugar en que están ahora, su plaza favorita, ubicada en el centro de Chascomús. Fotografiando el monumento a San Martín, cómplices se vieron y se dispusieron a hablar, conversaron hasta el anochecer, y poco a poco comenzaron a amarse.